Mas ciudadania, menos populismo.

20-01-2013, 12:16 pm, Actualidad

Mas ciudadania, menos populismo.

Según un apotegma francés, ´la picardía de algunos se basa en la estupidez de los demás.

Inflación, déficit fiscal, retraso cambiario, emisión descontrolada más inéditas presiones tarifarias e impositivas, vienen socavando la solidez, certidumbre y elementales prospectivas de economías domésticas, productivas y de servicios, razonables y, concomitantemente, de la convivencia social en general.

Consecuentemente, se viene ´disuadiendo´ toda inversión genuinamente productiva y con compromiso social. Los costos productivos son tan altos como imprevisibles jaqueando la productividad y competitividad argentina.

Los índices que maneja e informa la administración nacional no son ni remotamente similares a los reales ¨del changuito”, ni a los propios de gremios, sindicatos, provincias y municipios. Entonces, estamos en problemas.
Tanta zozobra alimenta, explica y predice más y más inflación. He aquí pues, el meollo de toda conflictividad paritaria agitada por expectativas inflacionarias las que por exceso en su previsión se tornan tan descontroladas como asimétricas e inaceptables.

El dispendio de los recursos públicos (de todos y de todas) mediante politiquerías focalizadas en la división de los argentinos, al fin y al cabo reflejan un enorme desatino en materia de atención de necesidades físicas básicas y de servicios públicos esenciales (energías, subtes, transporte urbano, peajes, medios de comunicación y más).

Un feroz y enceguecido clientelismo oficial opera día a día sin cesar, sin límites, sin escrúpulos ni miramientos, logrando con voracidad y perfidia, “distracciones” que llegan hasta la anulación de voluntades ciudadanas, habiendo cuestionado o clausurado el sagrado discernimiento propio e inherente a toda libertad, autonomía e independencia personal.

La próxima secuencia electoral probará cuanto del mismo ha penetrado populistamente ya, hasta las mismas entrañas en demasiados ciudadanos.

Más recaudación estatal fiscal de caras a tanta pobreza humillada e indigencia indiferente, solo encontrará la explicación del relato algo así como la confusión de la torre de Babel, es decir, ninguna atinada ni congruente como se refleja Vg., en los padecimientos crónicos de generaciones de aborígenes argentinos sin derechos humanos para los cuales, siempre hubo y hay una excusa para su postergación, empobrecimiento y desaparición (Vg., los Qom, los Mapuches, etc.).

Ante este caótico estado de cosas, nuestra Sociedad Civil ya no debe fingir, tolerar ni ser cómplice de todo lo que ve y siente para no quedar atrofiada por ninguna confrontación absurda, corrupción impune ni inflación e inseguridad, a todo lo que viene siendo sometida sistemática y burlonamente.

Los ingresos públicos del Estado se incrementaron en alrededor de entre 7 a 10 veces en los últimos diez años.

¿Paradójicamente en igual periodo, nos sorprenderá conocer cuánto empeoraron los escasos servicios públicos esenciales y cuanto nuestra vieja infraestructura disponible, es decir, nuestra calidad de vida?

Todo esto en realidad y en términos generales, adquirió eficacia suficiente para sacudirnos y concientizarnos sobre nuestra perdida de dignidad, de ciudadanía, de autonomía e independencia y, proporcionalmente, a la expansión irresponsable de un indigno populismo vernáculo.

Entre todos debemos hacer prevalecer nuestra República, nuestra Constitución Nacional, nuestro Federalismo y nuestras autonomías municipales (Vg. ante golpes institucionales como el que se impulsa y sostiene en el municipio de la ciudad rionegrina de San Carlos de Bariloche, entre otros; o, antes aún, la insinuación temeraria para intervenir federalmente a la provincia Santa Fe, siempre claro está, con mayores o menores eufemismos sin desmentidas ni desautorizaciones oficiales).

Una Justicia dinámica y comprometida con la sociedad, la consolidación de nuestras Instituciones, la igualdad de trato como de oportunidades para todos los argentinos, sin dudas tiene todo que ver con la ética, la equidad y una ansiada amistad social que armonice y amalgame ciudadanía con más inclusión (también cualitativa) e integración proactiva, preñados de educación, trabajo, entusiasmo, alegría y esperanza.

Finalmente, ni pícaras ni estúpidos sino, damas y caballeros bien tratados, recuperando su garbo argentino y su tradicional cultura de la satisfacción.


Roberto Fermín Bertossi
Docente e Investigador Universitario

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